La imagen pública de Silvia Pinal
Por Diana Alarcón Elizondo
X: @dianapat23
El pasado 28 de noviembre falleció a los 93 años la actriz Silvia Pinal, llamada “la última diva del cine mexicano”. Su ausencia no solo deja un vacío en la industria del arte y el entretenimiento, también en los corazones de millones de personas que mostraron admiración y cariño hacia esta emprendedora mujer. Su impacto trasciende las pantallas al consolidarse como una pionera de vanguardia que redefinió el papel de las mujeres en el cine, el teatro y la televisión.
Silvia Pinal inició su carrera en 1949, a los 18 años, en un contexto cinematográfico en transformación. Desde sus primeros pasos, sobresalió en producciones comerciales junto a figuras icónicas como Mario Moreno “Cantinflas”, Germán Valdés “Tin-Tan” y Pedro Infante. Su verdadero impacto se consolidó en la década de 1960, cuando se aventuró en proyectos que desafiaban las normas artísticas de la época y exploró temáticas consideradas tabú.
Más adelante hacia los años 70´s y 80´s, amplió su alcance al teatro y la televisión, convirtiéndose en una empresaria destacada, dedicandose también a la polÍtica, en fin, una mujer multifacética. Por lo tanto, su legado es imborrable. Tan solo hay que ver el homenaje que la propia ciudadanía y el cuerpo de policía vial le rindió durante todo el trayecto hacia Bellas Artes, tan solo de verlo se erizaba la piel de emoción. Eso que yo recuerde solo se había visto con figuras como Pedro Infante, Cantinflas o Chespirito, reflejando ese lugar especial que ocupó y seguirá ocupando.
Y es que ganarse el cariño y el respeto genuino de la gente no es cualquier cosa. Uno de los pilares de la imagen pública es la reputación, o sea, la impresión sostenida a través del tiempo. Para construirla, la congruencia es fundamental: ser auténtico y coherente en todos los aspectos de la vida. Paso a paso, Pinal construyó una imagen que la convirtió en un mito.
“La Pinal” como también se le llamaba, representaba a una mujer con la que la gente podía identificarse. En la pantalla, interpretaba papeles que reflejaban la realidad de muchas mujeres, y fuera de ella, proyectaba calidez, accesibilidad y respeto por los demás. La historia de Silvia Pinal nos enseña que la verdadera imagen pública no se basa únicamente en logros, belleza o talento, sino en la capacidad de proyectar autenticidad y empatía. Su legado nos recuerda que la actitud es crucial para mantener una reputación sólida.
Silvia Pinal no solo brilló como estrella, sino que demostró que la grandeza radica en la humildad y en el respeto hacia los demás, dejando una huella que el tiempo no podrá borrar. Sin duda será recordada como una figura esencial en la historia del cine mexicano. Su audacia y su compromiso con la innovación artística inspiran a las nuevas generaciones de cineastas y artistas, quienes encuentran en su obra un ejemplo de resiliencia y excelencia dejando una huella en la cultura nacional, no solo como actriz, sino como una creadora integral que marcó un antes y un después en el panorama cultural mexicano.
Y bueno, que decir de la funeraria J. García López, sobre todo de la sucursal de Pedregal, que ya hasta cuanta con sala para conferencias de prensa. Y es que este lugar ha sido una de las últimas moradas de otras personalidades que han partido como Fernando del Solar o el mismÍsimo Xavier López “Chabelo”, y ahora Silvia Pinal. Todo el tiempo fue una enorme oportunidad para que la casa funeraria estuviera presente con su marca, ya se a través de las guardias de prensa, pasando por el homenaje en Bellas Artes, hasta el traslado de sus restos, logrando una amplia visibilidad. El nombre de la empresa apareció en los vehículos y en el coche fúnebre al que se le hizo todo tipo de promoción en todos los programas de espectáculos, por lo menos.
¡Nos leemos en la próxima columna si Dios, la inspiración, pero sobre todo si mi editor que debe estar googleando las fotos de la carroza fúnebre para ver de que año es, me lo permiten!