Generación de cristal, una nueva oportunidad para la buena reputación de las empresas
Por Diana Alarcón Elizondo
Twitter: @dianapat23
Pasan y pasan los años y nacen generaciones, mismas que han sido bautizadas de acuerdo al momento en que se desarrollan. Por ejemplo, los Baby Boomers (1946- 965), la Generación X (1972-1980) , la Y (1980-1990) y la Z (1990-2000). Con la llegada del nuevo siglo, surgió la “generación de cristal”, destacando por ciertas características, que les puedo asegurar nos ha causado más de un dolor de cabeza o desconcierto, o tal vez hasta el cuestionarse el porqué de las cosas.
Esta generación que ha nacido después del año 2000, son los expertos de una tecnología acelerada y se la pasan correteándola. Es una generación 100% virtual, en donde todo es efímero. Imagínense que las redes sociales son su único mundo social, por eso son individualistas y solidarios con causas globales.
Es un hecho que les falta desarrollar la empatía con seres humanos, y su capacidad de atención se reduce a 10 segundos. No les interesa leer ni en culturizarse porque confían muy poco en sus habilidades reales, por ello necesitan constante reconocimiento. Tienen poca tolerancia a la crítica y al rechazo. Son hijos de la generación X, quienes al atravesar carencias se empeñaron en salir adelante para darles a sus descendientes una mejor calidad de vida.
En materia de comunicación y marketing, después de las continuas quejas de la “generación de cristal”, algunas compañías y marcas han tenido que modificar la imagen de algunos de sus productos, ya que esta situación les ha generado un gran impacto, y entre que si tienen la razón o no, la reputación de ellas o de sus productos se pudieran ver afectados.
Algunos casos que la “generación de cristal”, que siempre está buscando el “negrito en el arroz” (ay perdón, la piedrita, no se me vayan a enojar) ha visto como una ofensa en los últimos años, son por ejemplo el de Bimbo con su panqué de chocolate, que durante muchísimos años se llamó “Negrito Bimbo”, y se tuvo que cambiar por “Nito”, para que no se asociara a referencias racistas. Junto con ello vino una renovación de su imagen mucho más fresca, pues hay que aprovechar al creativo de una vez, ¿no?
Otro es el de la marca de harina para hot cakes y jarabes Aunt Jemima (Tía Jemima), que por décadas vimos en sus empaques la imagen de una mujer de raza negra, que pudiera parecer que proviene de la esclavitud de los Estados Unidos. Este año la marca ha retirado la imagen que para muchos parecía racista, y la ha cambiado por otra donde me parece que se ve un molino de agua del siglo XIX, que en ese entonces se utilizaba para la preparación de la harina.
De hecho Aunt Jemima y otras marcas como Uncle Ben’s, Cream of Wheat y Mrs. Butterworth’s, anunciaron rediseños a medida que estallaron las protestas contra el racismo sistémico en Estados Unidos durante el 2020.
¿O qué me dicen de Pepe le Pew? El zorrillo coqueto de las caricaturas fue cancelado, y todo por que comenzó porque Charles M.Bow, columnista del New York Times habla sobre discriminación, acoso y temas controversiales. La cancelación de este personaje fue por el continuo acoso de una gatita, al grado de ser muy molesto e incómodo para quienes lo veían en televisión, por ahí también andan tras el ratoncito Speedy Gonzáez, haganme el favor. Llega un momento en el que solo piensas si a este paso, todas las caricaturas, programas de televisión e incluso libros, serán cancelados porque ofenden a alguien.
Y como si estos ejemplos no fueran suficientes, la semana pasada, la BBC de Londres reportó que Amazon está enfrentando la ira de muchos padres en el Reino Unido (“generación de cristal” por cierto), ya que están inconformes con el nombre del asistente virtual de la empresa, que es “Alexa”. Los padres argumentan que sus hijas, están siendo víctimas de bullying debido a que este nombre ya se vincula con este aparato al que nos la pasamos dándole ordenes todo el santo día. Amazon emitió un comunicado en el que lamenta el sufrimiento por el que las niñas y adolescentes llamadas Alexa están pasando, además, sostiene que el bullying nunca tendrá justificación: “Diseñamos nuestro asistente de voz para reflejar las cualidades que valoramos en las personas. Nos entristecen las experiencias que han compartido y queremos ser muy claros: el acoso de cualquier tipo es inaceptable y lo condenamos de forma enérgica”.
En Estados Unidos ha comenzado una campaña que lleva por título “Alexa es humano”, movimiento que defiende el nombre como una palabra que debe dar identidad a las personas y no al asistente virtual; fue iniciado por Lauren Johnson en Estados Unidos: “Esto es eliminación de la identidad. La palabra Alexa se ha convertido en sinónimo de sirvienta o esclava. Le da a las personas una licencia para tratar a las personas con el nombre Alexa de manera servil” Aún así, Amazon ha comentado que no piensa cambiarle el nombre a su dispositivo, lanzado al mercado en el 2014.
Además de Alexa, la compañía Apple tiene a Siri, y no sé, esto me hace recordar pláticas con mis papás cuando les contaba cuando me molestaban en la escuela (lo que hoy se llama bullying), y me decían “no les hagas caso”, y ahí para ellos se acababa el problema y se le daba vuelta a la página, y conste que no estoy preguntándome si hicieron bien o mal, el hecho es que antes no se veían estas cuestiones como algo importante, o algo que impidiera que continuaras con tu vida habitual.
Viéndolo desde todos los ángulos, la “generación de cristal” también es necesaria para que muchas compañías reaccionen, estén a las vivas y se vayan más con cuidado y todo el tacto posible al emitir sus mensajes de comunicación o al lanzar un nuevo producto o servicio. De pronto tenerles ese “miedito” pudiera resultar bueno para estar más al pendiente de nuestro proyecto. Recordemos que esta generación está pegada a un celular o a una computadora todo el santo día, y solo están viendo a qué hora brincar y hacer ruido en las redes. Para llegar al mejor mensaje, llamen a su publirrelacionista de confianza, no se les olvide.
Todas las generaciones hemos tenido la oportunidad de revolucionar a nuestras sociedades, hoy es el momento de la “generación de cristal”, que no tolera las injusticias y son mucho más críticos a la realidad social.
Este mundo hoy es igual de frágil que la “generación de cristal”, harta principalmente de cómo se mueve el mundo de hoy en día y de sus abusos, feminicidios, faltas de respeto, contaminación, corrupción, y son quienes a diario lo exponen sin callar.
Lo que es bien cierto es aprender a ser objetivos y distinguir cuando se trata de alguna ofensa real ó simple entretención. ¿Será la “generación de cristal”, la generación del cambio?
¡Nos leemos en la próxima columna si Dios, la inspiración y si mi editor (que para mi fortuna personal no es de la generación de cristal), me lo permiten!