Una (o varias) más de influencers

Por Diana Alarcón Elizondo
Twitter: @dianapat23

La semana pasada (otra vez), las noticias relacionadas con “influencers” hicieron de las suyas. Comenzando el martes pasado con el comunicado que Gerardo González, novio de Yosstop y quien actualmente se encuentra en prisión, y quién a través del mensaje habló del escarnio mediático al que ha sido sometida su novia, por lo que pidió tomar medidas al respecto.

Recordemos que Yosstop fue arrestada el pasado 29 de junio por el delito de pornografía infantil, al utilizar en uno de sus videos para la plataforma youtube 10 palabras que son catalogadas como un delito muy grave, ya que en ellas se atacaba a una menor de edad, y la manera de exponer este caso no fue correcto.

Ante ello, González fue uno de los primeros en compartir un mensaje defendiéndola, señalando su inocencia y haciéndola ver como víctima de la falsa información que circulaba en los medios de comunicación. Una de las cosas que mas llamó la atención de este comunicado, fue la idea de González de decirles a los influencers de crear una asociación para conocer sus limites, así como sus derechos y obligaciones.

En parte de este texto se leía que en México debemos prestar atención y reeducarnos en el lenguaje cotidiano que utilizamos las personas, los medios de comunicación, los políticos, los abogados, y obviamente los influencers, para que no cometan los mismos errores que merman los derechos humanos. Aquí en mi pueblo le decimos “después de niño ahogado tapan el pozo”. No sé a ciencia cierta, cuando es que los influencers o cualquier figura pública va a a pensar antes de hablar y si ya lo ven como un trabajo, tomárselo en serio y cuidar cada detalle.

Otro de los casos que volvieron a revivir fue el de los influencers contratados por el Partido Verde Ecologista de México para que hablaran bien de ellos durante la veda electoral previa a las elecciones del 6 de junio pasado. Bajo una muy mala coordinación donde vimos a cientos de “famosos” leyendo un mismo guión al mismo tiempo (¿en serio pensaron que eso podría verse orgánico? no nos crean tontos parfavar), esto causó la indignación de millones de consumidores por la forma tan ventajosa en la que se hizo, y en un tiempo de respeto y que es para reflexionar tu voto.

Como todo a su tiempo, las cosas salen a la luz y el INE (Instituto Nacional Electoral, dio a conocer que a cada una de estas “valiosas” y conocedoras celebridades, se les pagaron 10 mil dólares por historia de Instagram. Qué consentidos nos salieron estas 104 personas a las que millones de personas, quisieran ser como ellos #meduelesmexico.

El INE también ha comunicado que el partido en su totalidad pagó un millón 40 mil dólares, es decir, alrededor de 20 millones 466 mil 784 pesos, por lo que se decidió multar al Verde con el 200 por ciento de ese monto, ¡auch!

Y como sigue la mata dando, pues como muchos de ustedes ya saben, Samuel García (si, el de Movimiento Naranja y el que se quedó traumado porque su papi lo obligaba a jugar al golf) será el próximo Gobernador del estado de Nuevo León. La esposa de Samuel se llama Mariana Rodriguez, ¿y qué creen? Se dedica a ser influencer.

Como toda buena esposa, la regia se tomaba fotos con su esposo durante la campaña, le hacia historias y hasta eso del “fosfo fosfo llevaba un transfondo. Desde sus cuentas invitaba a sus miles de seguidores a votar por él o a que los vieran como la pareja política ideal de Monterrey. No dudo ni por un momento que esta “ayudadita” haya sido la que le dio el cargo a García.

El INE multó al Movimiento Ciudadano con 55.8 millones de pesos y a García con 448 mil pesos, cosa que a ninguno de los dos, así como a miembros del Partido Movimiento Ciudadano les gustó al argumentar que el tomarse fotos como esposos (ajá en contienda electoral) sea ahora tomado como un castigo y un obstáculo a su libertad de expresión.

Esto es un caso muy parecido a las mañaneras de AMLO, ¿no les parece? Conferencias de prensa diariamente, para que a la primera oportunidad se promuevan y hablen bien de sí mismos y de tanto trabajo realizado ¿la misma ventaja como tener una influencer exitosa al lado no creen?

Con la pandemia que aún estamos viviendo, muchas marcas, instituciones y hasta políticos pensaron en el valor de colaborar con estas personalidades, viéndolo como un ejercicio clave para sobrevivir o un escaparate digital. Tal parece que las ideas se han acabado y lo de hoy es solamente buscar influencers porque creen que con sus publicaciones les van a resolver la vida…¿y las Relaciones Públicas integrales apá? La semana pasada me llegó un correo de una agencia en la que me ofrecía servicios de influencers y decía entre otras cosas: asistencia a eventos, historias, cortes de listón. Según yo pensaba es que los influencers son realmente amantes de esa marca, de ese vino, de ese restaurante, en fin la hipocresía.

Al respeto, la reconocida diseñadora Carolina Herrera quien fue invitada a participar en el Latin American Fashion Summit en Colombia, habló muy a su estilo del papel de las influencers en el mundo de la moda. Herrera comentó que en realidad lo que hacen las influencers es apoyar a que la ropa se venda porque ellas las usan y la gente las ve y no porque precisamente las tengan en su clóset o amen la marca con locura. Sin embargo, no marcan tendencias porque únicamente se les da la ropa y ellas la usan. La misma diseñadora asegura que las influencers no tienen nada que ver con el estilo de la moda.

«Esas influencers salen del show y se cambian [de ropa] inmediatamente para meterse al show de Michael Kors, o de quien sea, y se van cambiando. No tienen su estilo. Se ponen lo que les den para el show en ese momento», comentarios que han dado la vuelta al mundo.

De hecho Carolina Herrera es una de las pocas firmas que no se ha sumado a esta tendencias de las influencers, sino que ha apostado por continuar su negocio de la manera tradicional, contratando a modelos para sus campañas, o bien vistiendo a Sarah Jessica Parker utilizando el icónico vestido Carolina Herrera Shirt en el reboot de “Sex and The City” “And Just Like That” que se estrenará en algún momento de la vida (no tiene aún fecha de estreno) por HBO Max.

Con todos estos casos expuestos, es necesario que se regule la información que se publica en las redes sociales. Hoy en día es “muy fácil” ser influencer o creértelo, solo paga seguidores y listo. Por eso, no es posible que cualquiera pueda emitir juicios, dar recomendaciones de todo tipo, generar odio (como Yosstop y por algo está en la cárcel), desinformar sobre la salud y otros temas, esto lleva cada día una carga de responsabilidad enorme, y si lo ven, los casos donde estos personajes se ven involucrados, cada vez son más y más graves.

Para ser influencer no hay que esforzarse, ser influencer de cada tema debería de ser algo natural. Hay que sentir de verdad de lo que hablas, lo que promueves. La pasión y el conocimiento no necesitan de guiones, si en verdad eres experto y te gusta el tema, eso se refleja. Y si ya lo haces bien, y para colmo te pagan, pues que bendición.

Pero no sólo los influencers tienen la culpa, en temas de marketing y de comunicación nos falta mucho muchísimo empeño, tiempo ganas y conocimiento. El contar con influencers es (a veces) solamente una pequeña parte de una estrategia de posicionamiento integral, ¿cuándo terminaremos de entenderlo?

Para que vean que no es necesario tener a millones de seguidores, les cuento que recientemente la revista Forbes nombró a las 100 mujeres poderosas del 2021. No tiene que ser solamente las que tienen enormes cuentas de dinero en el banco, estar casadas con magnates, ser actrices, cantantes o tener millones de seguidores. Una de estas mujeres se llama Camila Ortíz de tan solo 12 años de edad quien obtuvo este reconocimiento por ayudar a 500 adultos mayores en una comunidad en Coahuila para que pudieran recibir la vacuna contra el Covid-19. La niña apoyó a la gente consiguiendo un transporte gratuito hacia la sede de vacunación. Aquí es la clara muestra de que no necesitas tener millones de seguidores, esto es la muestra de ser un verdadero influencer.

¡Nos leemos en la próxima columna si Dios, la inspiración, pero sobre todo si mi editor que seguro no se ha despegado de ver las Olimpiadas de Tokio 2020 me lo permiten!

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