Vendido a… la historia de la casa de subastas Sotheby’s
Por Armando Enríquez Vázquez
Twitter: @cernicalo
Con 278 años de existencia la londinense casa de subastas Sotheby’s es el más antiguo y más reconocido negocio de su especialidad.
Las subastas son tan antiguas como la humanidad y si bien en un principio se centraba en la venta de esclavos y de mujeres, el negocio de vender al mejor postor se fue diversificando a lo largo de los siglos, sustituyendo a los seres humanos conforme cambió la legislación y la visión de nuestros congéneres por diferentes bienes y obras.
En la actualidad, al hablar de subastas inmediatamente se nos viene a la mente la imagen del gritón que con su voz dirige la venta y con el golpe de su martillo la cierra al mejor postor. Samuel Baker fue un editor y vendedor de libros radicado en Londres en el siglo XVIII. A él se le atribuye la subasta que dio origen a la segunda casa de subastas más grande del mundo contemporáneo, cuando el 11 de marzo realizó su primera subasta, una serie de libros pertenecientes a la biblioteca de Sir John Stanley Primer Barón de Grangegorman. De acuerdo con el sitio de la casa de subastas en este primer negocio Baker ganó 826 libras esterlinas.
A partir de ese momento Baker se dedicó a subastar bibliotecas y entre las que vendió se encontraban las del Duque de York, el Marqués de Landsdowne. En 1767, se asoció con otro subastador de nombre George Leigh que tenía fama por sus dotes histriónicas y timing para la venta. Baker murió en 1778 y la empresa se dividió entre Leigh y un sobrino de Baker, llamado John Sotheby. La familia Sotheby fue la encargada de cambiar el nombre de a casa de subastas por su nombre actual, así como ampliar el catálogo de productos a monedas, obras de arte y antigüedades.
Cuando en 1861 murió el último de los miembros de la familia Sotheby, John Wilkinson que trabajó como el contador de la empresa y quien desde 1842 se había convertido en socio de los Sotheby, esto le permitió a Wilkinson comprar el 25% de las acciones. A su vez Wilkinson se asoció con otro empleado, Edward Grose Hodge, en 1845, fue entonces que el nombre de la empresa cambió por el de Wilkinson & Hodge, el cual se mantuvo hasta 1924. Durante el siglo XIX se convirtió en la más importante casa de subasta de libros en Londres.
En 1878, llegó el relevo generacional y Thomas Hodge, hijo de Edward se hizo cargo de la casa de subastas, el interés principal de Thomas era por las antigüedades y para la casa de subastas a finales del XIX las cosas antiguas se convirtieron en prioridad.
En 1907 nuevos socios llegaron a la empresa al morir Edward Grose Hodge. Thomas vendió acciones a tres personas: el banquero Felix Warre; el abogado y miembro del parlamento inglés Montague Barlow. El tercero fue Geoffrey Hobson, integrante del servicio exterior inglés. Los intereses de la empresa comenzaron a moverse al mundo del arte; la pintura y la escultura, que al parecer eran más lucrativas que los libros.
Hasta 1917 las oficinas principales de Sotheby’s estaban en la zona de Londres donde se encontraban las librerías a la zona donde se encontraban las galerías de arte donde permanecen hasta la fecha.
Con la guerra y el cambio en el estilo de vida de las clases altas de Inglaterra, Sotheby’s entró en el negocio de los bienes raíces y comenzó a subastar enormes mansiones y su contenido. La más famosa de estas subastas se dio en 1937 cuando la BBC transmitió la subasta de todas las pertenencias de la familia Rothschild, incluida la mansión ubicada en la calle de Picadilly.
Tras la II Guerra Mundial y gracias al cambio de las leyes inglesas, Sotheby’s comenzó a planear una estrategia para abrir oficinas fuera de Inglaterra, lo cual se concretó en 1955 con la apertura de la oficina en Nueva York.
Fue en la segunda mitad de la década de los años sesenta cuando la apertura de representaciones alrededor del mundo inició y de 1967 a 1977 se abrieron oficinas de Sotheby’s en Los Ángeles, Paris, Toronto, Florencia, Melbourne, Zúrich, Múnich, Johannesburgo, Edimburgo, Estocolmo, Bruselas, Dublín, Milán, entre muchas otras.
El hombre que fue clave en el crecimiento de la casa de subastas y su posicionamiento a nivel mundial fue Peter Wilson, quien en 1936 se unió a la firma como encargado del departamento de muebles. Wilson al parecer fue periodista y ayudó a la inteligencia inglesa durante la II Guerra Mundial, su carrera al interior de Sotheby’s prosperó y en 1958 fue nombrado director general y bajo su dirección la casa de subasta se convirtió en el gigante que es hoy, convirtió las subastas en un espectáculo relacionado con la moda, el glamour y el jet set. Wilson dejo la dirección de la empresa en 1980, pero se mantuvo como presidente honorario de la misma. En 1983, Sotheby’s fue comprada por el empresario norteamericano A. Alfred Taubman.
Actualmente Sotheby’s tiene presencia en 40 países y 80 oficinas en el mundo. Desde 2019 es propiedad de Patrick Drahi, un empresario francés.
A la entrada de las oficinas de Londres se encuentra un busto de la diosa egipcia Sekhmet, diosa de la guerra y protectora de los faraones que tiene cuerpo de mujer y cabeza de leona, el busto originario de la XVIII dinastía egipcia data aproximadamente del año 1380 A.C. llegó a la casa de subasta en siglo XIX parte de una colección de arte egipcio vendido a un particular, pero nunca fue recogida por el postor ganador. La estatua es la mascota no oficial de Sotheby’s y para algunos la estatua más antigua en las calles de Londres.
Una de las mujeres que trabajó para Sotheby’s durante la I Guerra Mundial fue Emily Millicent Sowerby, quien sirvió a la contrainteligencia inglesa operando desde Paris y después fue la encargada de armar el catalogo de la biblioteca del político estadounidense y tercer presidente de aquella nación; Thomas Jefferson. Millicent Sowery fue la primera mujer contratada como especialista en su tema; los libros, por la casa de subastas.
Cuando en la subasta cae el martillo del subastador la pieza ha sido vendida, eso se conoce como el precio de martillo del bien, pero el precio final aumenta entre el 15 y 20% que es la comisión de la casa de subasta. Entre los objetos históricos y muy preciados de Sotheby’s se encuentra el martillo de marfil que perteneció a uno de sus primeros dueños, George Leigh.