Los hermanos Fila: de lencería a la marca de ropa deportiva
Por Armando Enríquez Vázquez
Twitter: @cernicalo
Fila es una de las marcas deportivas más reconocidas pero la mayor parte de sus 111 años de existencia, su prioridad al inicio de su historia fue otra.
Al pie de los Alpes italianos en la región de Piamonte se encuentra la pequeña ciudad de Biela. A principios del siglo XX, en 1911, dos hermanos, Giansevero y Ettore Fila, crearon una empresa dedicada a la fabricación de materia prima para la industria textil de la región, así como la elaboración de ropa interior para hombres y mujeres, pero es hasta 1923 cuando la empresa se registra oficialmente con un primer nombre: Maglificio Biellese. En 1967, vuelve a cambiar de nombre por Maglificio Biellese Fratelli Spa, para finalmente en 1972 cambiar por Fila Sports.
La empresa se mantuvo produciendo telas de lana y cashmere para los productores locales por un lado y ropa interior por el otro. La empresa creció y se hizo de cierta fama en Italia, pero el verdadero salto a ser una marca mundial no vino de los Fila, sino de un director de la empresa en los años setenta. En los años sesenta Giansevero decidió contratar a Enrico Frachey, un visionario y director de empresas, con la idea de buscar nuevos negocios para el crecimiento de la marca a nivel global, algo que Frachey logró y además cambió de manera radical el negocio de la marca. Frachey buscó un nuevo mercado y lo encontró en el mundo de los deportes y en especial en el tenis, con la ayuda de Pierluigi Rolando, diseñador nacido en Milán en 1935, y quien fue nombrado director creativo de la marca. En el caso de las operaciones Frachey contrató a Alessandro Galliano. El resultado lo que se llamó la Línea Blanca, una serie de prendas para tenis hechas en los textiles clásicos de la marca. De hecho, el nombre proviene del hecho de que el tenis mantenía su tradición de que sus atletas vistieran de blanco. A pesar del nombre e inspirado en la cancha de tenis la marca inició a promover ropa deportiva para el deporte con líneas rectas de colores.
Frachey es también el responsable del logo de Fila y la famosa F enmarcada que distingue a llos productos de la marca. Para este trabajo Frachey contrató en 1973 a Sergio Privitera para diseñarlo. El logo cambió por el nombre completo de la marca a finales de los años 80, cuando la marca cambio de dueño, basándose en el logo creado por Privitera y en la tipografía de aquella primera F enmarcada. Ahora se leía el nombre entero de la marca, pero sin duda es el primer tratamiento el que más presencia tiene en la mente del consumidor y se sigue utilizado.
En 1972, Fila facturó mil millones de liras italianas.
Ya en 1975, Fila contrató al tenista Björn Borg para que fuera el deportista que usara la marca. Borg en esa época de 19 años, acababa de vencer al legendario Rod Laver, y en 1976 puso a la marca a la vista de todo el mundo al ganar el campeonato de Wimbledon. El siguiente paso de la marca fue crear ropa para deportistas alpinos. En 1986 el alpinista italiano Reinhold Messner logro 13 cumbres de la cordillera del Himalaya sin la ayuda de tanques de oxígeno, con ropa especial fabricada por Fila. La marca ha patrocinado a otros atletas de otras disciplinas como golfistas y esquiadores.
Durante la década de los setenta y los ochenta Fila se posicionó muy bien entre los tenistas y aficionados al tenis; Boris Becker, Mónica Seles, Jennifer Capriati entre otros fueron embajadores de las marcas. Lo mismo sucedió entre los aficionados y deportistas alpinos. Pero la marca no podía impactar en el mercado de Estados Unidos donde Nike y Adidas eran las marcas importantes entre los jóvenes hasta que el basquetbolista Grant Hill comenzó a utilizar Fila, lo que hizo que las ventas crecieran en Estados Unidos.
En 1988, el empresario italiano Cesare Romitti adquirió la mayoría de las acciones de Fila, la compra de las acciones llevó a la salida de Frachey de la empresa. En 2003, el fondo de capitales estadounidense Cerberus compró la marca y sus filiales con excepción de la coreana, pero con la crisis económica del 2008, la marca paso a manos de Yoon Yoon-Soo, también conocido como Gene Yoon, que era el dueño de la filial coreana.
Hoy, Fila tiene presencia en cuatro segmentos de mercado: moda, ropa deportiva, calzado deportivo y accesorios.
Gracias a Yoon-Soo la marca se ha reposicionado y ha vuelto a ser popular. En 2010 Yoon-Soo creó la Fundazione Fila Museum en Biela para preservar la historia y el orgullo de la marca bielesa. Enrico Frachey escribió un libro acerca de la historia de la marca y su experiencia al frente de la misma al que tituló «Fila Sport. Il successo dell’innovazione discontinua».