Best Buy vs Elektra, el duelo interminable
Por Diana Alarcón Elizondo
Twitter: @dianapat23
Hace un par de semanas hablamos en esta columna sobre la campaña de empatía que llevó a cabo la cadena de hamburguesas Burger King en Reino Unido hacia Mc Donald´s y que se replicó en México para alentar a los consumidores a comprar sus hamburguesas.Además de extrañeza, a muchos de sus seguidores les cayó como una excelente forma de apoyo y hermandad en estos tiempos tan complicados generados por la pandemia del Covid-19.
Esto dio comienzo a una ola de “copias” en los siguientes días, como la que le siguió Netflix echando camaradería en redes con Disney+ “chuleándose” la una a la otra y que todavía aún fue una buena puntada, porque si de algo han servido este 2020, ha sido el dejar atrás el ego empresarial.
Hoy más que nunca debemos agradecer todo lo que tenemos, a quienes nos han salvado, nos han dado trabajo, nos han apoyado de mil formas y han estado junto a nosotros. Es hora de dejar de atacar, de criticar y de ver la paja en el ojo ajeno. Este año ya pudimos ver lo frágiles que somos y que no hay nada seguro ni escrito en esta vida.
Tenemos que pensar distinto de hoy en adelante, y dejar de cometer los mismos errores y ponernos en los zapatos de los demás y de no desearle el mal a nadie, porque amigos, el karma sí se cobra en algún momento de la vida, eso es un hecho.
Aquí en México, esta campaña de buenaondez la empezaron a replicar algunas marcas, pero ¿quién creen que se lleva las palmas pero del más bajo estilo? Pues la cadena de tiendas Elektra (sí, esas tiendas de Grupo Salinas que te dan abonos chiquitos para pagar poquito), cuando aprovechó el anuncio de que Best Buy después de 13 años en México y 49 tiendas, se iba del país porque la crisis no le dejó de otra mas que deudas.
Es que ni tardos ni perezosos, sus mentes “creativas” redactaron una carta cuyo contenido fue desastroso. Además de burlarse del cierre de Best Buy, no dudaron en promoverse de la manera más naca y oportunista.
Lo más triste fue ver que su CEO Ricardo Salinas Pliego a quien últimamente lo vemos muy activo en sus redes contestando mensajes muy a la defensiva, fue quién dio a conocer “orgullosamente” esta campaña a través de su cuenta de Twitter.
No olvidemos que este personaje ha sido últimamente objeto de polémica durante el sexenio actual y emergencia sanitaria, debido a sus declaraciones tan desafortunadas, que no han dejado de mostrar su falta de empatía hacia sus miles de empleados y sus millones de clientes, a los que les carga la mano con los intereses de la licuadora que dejarán de pagar hasta dentro de mil años luz.
Para utilizar el sarcasmo hay que saberlo hacer, es todo un arte que no cualquiera domina. En esta ocasión pudimos adivinar cuánto cobran los creativos de Elektra lanzar esta esta miserable campaña a la que nunca supimos cuál era el objetivo ¿crear más polémica, retuits, likes o más odio del que ya existe en el mundo y en las redes sociales? ¿dónde queda la solidaridad hacia los demás?
Lo más preocupante fue ver a un CEO burlándose de este suceso, en lugar de mostrarse objetivo o calladito, donde lo único que deja ver es que lo último que le importa es la gente…¿dónde estarán sus asesores de imagen pública?
Demeritar a otra marca no es elegante, es dejar ver lo que en realidad son. Si no, volteen a ver el triste caso de la señora Lupita Jones, quien hace escasas dos semanas despotricaba de la peor forma hacia las mujeres a las que supuestamente preparó para empoderarlas, hacerlas más seguras y así lograr un papel importante en Miss Universo. Hoy día dudo que esta mascara se la pueda volver a poner, y difícilmente lleguemos a creerle. El mundo da mil vueltas y este 2020 es un año de supervivencia.
Otra compañía que también anda “pasando aceite” es la gigantesca cadena de muebles nórdicos Ikea, que por más campañas, ruido, venta en línea y hasta activaciones en el estacionamiento de reconocido centro comercial en el sur de la CDMX, no han podido hacer su entrada triunfal a nuestro país. Yo les deseo un exitoso comienzo porque eso significa apertura de mercado, visibilidad en otros países, mayor empleo y seguramente pilas para las demás muebleras nacionales e internacionales para competir y ofrecer mejores productos, precios y estrategias de comunicación eficaces.
¡Nos leemos en la próxima columna si Dios, la inspiración, pero sobre todo si mi editor que debe seguir formado en la fila de liquidaciones de Best Buy y comprarse por fin esa pantalla plana que siempre ha querido, me lo permiten!