Slinky, un ingeniero mecánico detrás de la marca de juguete
Por Armando Enríquez Vázquez
Twitter: @cernicalo
Dedicado a la investigación y desarrollo de diferentes amortiguadores y muelles de metal, Richard James, ingeniero mecánico, se convirtió en un juguetero famoso, detrás de la marca Slinky.
No cabe duda que un juguete capaz de atrapar la atención de jugador de la misma manera cada vez que se juega con él y sin importar el paso de los años es Slinky, ese resorte muy delgado que
fluye y parece caminar cuando se mueve uno de los extremos a un nivel inferior o simplemente al pasarlo de una mano a otra..
El desarrollo e invento de este, que es uno de los juguetes más exitosos de las últimas siete décadas, fue casual y partió de una investigación que no tenía nada que ver con juegos o juguetes. Richard T. James nació en 1914 y desde pequeño se interesó por la mecánica de las cosas. En su adolescencia restauró un automóvil que se encontraba abandonado como chatarra. Estudió ingeniería mecánica en la Universidad de Pensilvania y se graduó en 1939. James comenzó a trabajar para la marina estadounidense y en 1943 durante la II Guerra Mundial mientras investigaba y desarrollaba un sistema de estabilización para los barcos en los astilleros cercanos a Filadelfia, accidentalmente derribó un resorte que debido a su tamaño y las espirales que lo formaban hizo un movimiento inesperado, James suspendió por horas su investigación dedicado a jugar con el resorte que de acuerdo con lo que el mismo describió hacía que el objeto pareciera caminar y de inmediato adivinó el valor lúdico y la posibilidad de convertirlo en un juguete.
Todo tiene fundamento en una ley de la física conocida como Ley de Hooke que explica la elasticidad de los resortes y la recuperación de su forma, que es lo que pone en movimiento al resorte que llamó la atención de James. Gracias a un préstamo de 500 dólares James experimentó con diferentes metales, el número de hélices que debían formar el resorte, así como el grosor de estos para crear el juguete perfecto.
Mientras él trabajaba en perfeccionar el juguete su esposa Betty, egresada también de Penn State, comenzó a explorar el nombre para el producto. Después de buscar encontró la palabra Slinky que le gustó por ser onomatopéyicamente muy similar al ruido del resorte al moverse, la palabra de acuerdo con algunos sitios es de origen sueco, aunque tiene significado en inglés también y es el mismo; seductor. Lo que de alguna manera es una de las características del sencillo resorte que puede absorber el tiempo de quien lo juega.
James también diseñó la máquina para producir el resorte y se preparó para vender el juguete. En noviembre de 1945 Slinky fue parte de las vitrinas navideñas de la tienda departamental Gimbels de Filadelfia, el resorte no resaltó durante las primeras semanas de exhibición al estar rodeado de muñecas y juguetes novedosos, por lo que Richard James decidió entonces presentar de manera personal Slinky y el día que lo hizo vendió en tan sólo hora y media las 400 unidades que había fabricado a precio de un dólar.
A partir de ese momento Slinky comenzó una historia de éxito que lo ha hecho uno de los juguetes más populares y vendidos de los últimos 75 años. Unas semanas después al llegar la Navidad de 1945, los james habían vendido 20 mil Slinkys, en los dos primeros años se vendieron 100 millones de unidades. Pronto James produjo nuevos productos a partir de su patente como un tren, un gusano llamado Suzie, ambos eran juguetes para jalar, los lentes que tienen ojos con el resorte y el famoso perro que aparece en la cinta de Toy Story que gracias a la película se revaloró este modelo en el mercado y que originalmente salió a la venta en 1952. El perro, Suzie y el tren fueron diseños que envió a James una mujer llamada Helen Malsed. Malsed era una ama de casa que estudió publicidad y que a lo largo de su vida diseñó y patentó muchos otros juguetes para otras empresas. A James le gustaron las ideas de Malseed y produjo los juguetes. Los juguetes que Malsed diseñó para James Industries le reportaron regalías por más de 65,000 dólares anuales por 17 años.
El invento de Richard James también tuvo aplicaciones en muchas industrias que le representaron a James millonarias ganancias. A pesar de todo esto, la historia de la empresa ha sido irregular, Richard James no supo manejar el éxito del juguete y a finales de los años 50’s tenía grandes deudas y comenzaba a tener problemas con Betty también, entonces Richard James se unió a una secta cristiana y se abandonó primero el negocio y después Estados Unidos, se fue a vivir a Bolivia, James murió en 1974 en la ciudad boliviana de Cochabamba donde se había casado por segunda vez.
En Estados Unidos Betty se hizo cargo de la empresa y gracias a una reingenieria y nuevas estrategias, encargó un jingle que se hizo muy popular y acentuó la presencia del juguete en la televisión, así pudo hacer que Slinky recuperara su lugar en el mercado. En 1998 La familia James decidió vender Slinky a la empresa Poof Products, Slinky ha cambiado en varias ocasiones de dueños desde entonces siendo el más reciente el corporativo de juguetes Just Play que adquirió los derechos del juguete en noviembre de 2020.
Betty James murió en 2008 a los noventa años de edad. Helen Malsed murió en 1998 y según los recuerdos de los hijos de James, jamás piso la fábrica donde se fabrica el Slinky.