La nueva Danna (Paola) y la responsabilidad en línea
Por Diana Alarcón Elizondo
X: @dianapat23
La semana pasada, la cantante Dana Paola estuvo envuelta en una polémica, luego de mostrar a través de sus redes su molestia porque una usuaria de X (antes twitter), tiene el username que ella quiere, simplemente Danna. Todo comenzó cuando la artista decidió dejar atrás el nombre con el que miles de personas la conocen, y por el que se ha hecho famosa y ha preferido llamarse solo Danna, pero en la red social X fue la única en la que no pudo hacer el cambio, porque ese username ya tiene dueña.
Danna Paola contactó a la usuaria “Danna”, una profesora con 7 mil seguidores en esa red social y le pidió que le cediera el nombre. Ella le dijo que con mucho gusto, pero que para poder hacerlo, le tendría que pagar algunos millones de pesos (la artista nunca entendió el sarcasmo). A partir de ello, la cantante la acusó con sus millones de seguidores en redes, pidiéndoles “ayuda” y armando un complot para que la Danna que llegó primero a X le regalara su usuario, poniendo los ojos de todo su fandom a la orden de la “señora”, así como la llamó ella, un poco despectivamente.
Y es que imagínense, como alguien más ha osado a llamarse “Danna” en el mundo, si ella debe de ser la única, la Diosa, la súper poderosa. Bueno, el caso es que ante su queja, incitó a sus fans a que le escribieran a la Danna no famosa y le regalara el username. La Danna “verdadera del X” ha compartido pantallazos de los mensajes de odio y amenazas por parte de los fans de Danna (Paola), que le han llegado por ser la mala del cuento de esta historia llena de egocentrismo. Ante esto, Danna (Paola) entró en una controversia al ser acusada por promover el acoso cibernético. Esto me hace recordar una anécdota y una duda. Primero les va la anécdota y luego les va la duda ¿va?
Hace unos 20 años, la entonces editora de la revista CARAS Lucía Alarcón Zamacona, (sí sí, la que después de añísimos dirigiendo la revista social, la movieron a Harpers Bazaar pero la terminaron despidiendo porque se puso a promover las terapias de conversión y se le vino el mundo encima), tiene una hermana homónima mia. La misma Diana Alarcón Zamacona, de la cual supe de su existencia (y de la misma Lucía), hasta que por una carta que mandé a la revista Quién (la competencia de CARAS) quejándome de un político, y esta fue publicada en la sección de comentarios (recuerden que hace 20 años no había redes sociales), le llovieron muchas críticas y mentadas de madre a la Diana (social), no a la Diana RP (o sea yo) al pensar que ella había mandado esa carta. La Diana Alarcón (Zamacona), me mandó a través de la misma revista una carta, exigiéndome que cada que yo hiciera algo así, ponga mis dos apellidos, y un par de cosas más que siguieron por años. Por ejemplo y como era lógico, fui vetada de la revista, quemada con medio mundo, y además amenazada de que iba a demandarme si me seguía llamando como mis padres me bautizaron, ¿Ya ven? Las “Dianas Paolas” con cacahuates en el cerebro siempre han existido.
Qué ego tan grande estos dos personajes y otros que no sabemos que van por la vida así, ¿no creen?. Cuánto narcisismo en una (para mí) incipiente y pesada cantante que piensa que el mundo gira a su alrededor. ¿Y qué creen? Después de ello vino la disculpa pública, cuando ya medio mundo le había dicho de todo a la pobre Danna terrenal. Espero con todo mi corazón que este caso de acoso digital se recuerde por mucho tiempo, y se el ejemplo claro de lo que no se debe de hacer.
Este caso nos invita a reflexionar sobre la importancia de la responsabilidad en línea y a hacer un llamado a los managers o jefes de prensa de las figuras públicas también. Con tantas redes sociales y exposición, es ideal manejarse con sumo cuidado porque cualquier cosita puede mover masas, y en muy poco tiempo incitar al odio…y ya saben que eso es lo que más abunda en el mundo. Muy pocas veces se está preparado para las crisis, incluso en
estos terrenos en los que parecería que no pasa nada
Ah, y olvidaba la pregunta ¿qué habría hecho hace unos 30 o 35 años cuando la cantante Lucerito decidió dejar atrás el diminutivo para ser ahora “Lucero” con unos 20 años de edad? Antes a los 20´s ya eras considerado todo un adulto.
Obviamente a esa época le faltaban muchos años para que llegaran las redes sociales. Y si, aunque yo era una niña, recuerdo perfecto de que la noticia fue bien recibida y no se había hecho ninguna controversia o escándalo…también era la diferencia del manejo de noticias de antes con el de ahora, que en realidad lo que importa es el chisme y los likes.
Ay Danna (Paola), si supieras cuántos nombres existen en México a los que no nos hemos podido acostumbrar al cambio? Ahí te vn: muy fácil, tu misma le dices Twitter a X, la CDMX para muchos, no ha dejado de ser el DF o los pañuelos desechables han dejado de ser Kleenex. El tío Pedrito Sola no le pudo decir Hellmann’s a la mayonesa patrocinada porque tenía el McCormick en su cabecita. El Estadio Azteca, alguna vez fue el Estadio Guillermo Cañedo, BBVA Bancomer, sigue siendo Bancomer, y así mi María Belén malévola, la lista podría seguir y seguir.
¡Nos leemos en la próxima columna si Dios, la inspiración, pero sobre todo si mi editor que ya debe estar bajando de su Spotify todas las rolas que tiene guardadas de la Danna (cantante), me lo permiten!