Carta (virtual) a Santa Claus

Por Diana Alarcón Elizondo
Twitter: @dianapat23

Querido Santa:
Ha llegado otra vez el momento en el que te escriba esta carta como desde hace siete años. Esta navidad se que no vas a asomar las narices al Planeta Tierra porque precisamente tú eres de los millones de adultos mayores que son población en riesgo por culpa del Covid-19, ese virus que veíamos muy lejano hace un año, y que desde que llegó ha sido nuestro dolor de cabeza porque no sabemos cuando va a irse. Lo bueno es que ahora que la vacuna está por llegar, seguramente tu serás uno de los primeros en recibirla (pues es que ya andas en la tercera edad), aunque tu debes de ser inmune, ¿no?

Este 2020 ha servido a la población mundial para muchas cosas. Primero a  valorar lo que tenemos, reflexionar cada cosa que hemos hecho en la vida, reinventarse, pero lo más importante, escombrar el clóset y por fin deshacerse de la olla express que ocupaba toda tu alacena, nomás porque era el recuerdo que tenías de tu abuelita de cuando cocinaba los frijoles puercos que tanto le gustaban a tu abuelito, al que de plano ni conociste, ya dejemos de cargar cosas ajenas.

Nos han caído muchos veintes, incluso muchos hemos tratado de ser mejores personas, de asomarnos a nuestro interior, a tener un poquito de esperanza y ahora si meternos en la cabeza la idea de que “después de la tempestad viene la calma” o como dice Shakira “siempre sale el sol” o algo así.

Además de largos momentos de reflexión el coronavirus nos ha enseñado que no hay medias tintas, en este juego de la ruleta rusa, le puede dar desde al señor que vende periódicos en la esquina, hasta a mi amiga Adela Micha por muy encerrada que esté en su mansión de las Lomas. Esto es un grito ante la sociedad y ante el mundo, de que todos somos o deberíamos de ser iguales.

El 2020 lo hemos vivido como un juego de Jumanji, todo todo se trata simplemente de sobrevivir. La naturaleza hizo de las suyas con incendios, sismos, explosiones, se nos fue Maradona de este mundo y a Trump le diremos “good bye” en enero por fin. Vimos de todo en el gobierno y en la estrategia de salud para tratar de controlar el coronavirus en México, y sabemos que ha sido un mega caos. El mundo de los chismes y la farándula nos tuvo muy entretenidos. Gracias youtube, a Netflix y a La Rosa de Guadalupe, esos momentos de ocio en casa (o arreglando el clóset) han sido un poco más llevaderos.

En esta pandemia ha habido momento malos y muy malos. Hemos visto cómo se ha ido mucha gente de esta tierra (por el corona y no). Hemos tenido que cambiar nuestra forma de ver la vida (a fuerzas) y hasta atrevernos a sacar algunos de nuestros sueños más olvidados o escondidos, para ta vez emprender en ese proyecto que ya habíamos pensado.

Gracias a estos cambios hemos podido renovar nuestro pool de contactos y hasta de amistades, porque este 2020 sacó lo peor y lo mejor de muchas personas. Estos más de nueve meses, para todos nosotros ha sido de extrañar y de valorar los besos, los abrazos, la presencia, la compañía, esa ida al cine, al teatro, al café o al restaurante. Nuestro único apapacho o momento de emoción ha sido recorrer pasillo por pasillo los supermercados y hasta al área de ferretería que tanto odiabas, se ha vuelto una de tus más grandes obsesiones.

Ha sido extrañar también ese trabajo que tenías y el que anhelas, el de desear que todos tus seres queridos estén bien, a salvo y con un mundo lleno de esperanzas muy pronto.

Este 2020 se ha ido mucha gente. Al principio no podíamos creerlo, pensábamos que era mentira, que pasaría todo en un mes y que jamás íbamos a conocer a alguien que se infectara de Covid-19. Hoy nueve meses después les puedo apostar que todos conocemos a alguien cercano que ya no está con nosotros o incluso seamos o hayamos sido portadores y ni enterados estamos.

Obviamente el mundo de los negocios ha visto una de sus mayores crisis a nivel mundial de la historia. Este fin de semana volvimos a entrar a semáforo rojo en la CDMX y en Estado de México. Las calles (algunas) se volvieron como pueblos fantasmas, y un ambiente de desolación es lo único que se respira a tan solo días de la llegada de la Navidad.

Santa Claus, te prometemos ya entender y ser buenos seres humanos. Valoraremos cada una de las cosas y de las personas que teníamos antes de esta pandemia que se ha vuelto como un tornado. Permite que las Relaciones Públicas sean vistas como lo que en realidad son, una herramienta para sacar adelante a las empresas y ayudarles a generar buen nombre, que se traduce en posicionamiento y una mayor posibilidad de vender, ya que serán vistas por más audiencias.

Eso sí, este no es un trabajo cualquiera ni para cualquiera. Para llevar a cabo una estrategia de Relaciones Públicas debes ser una persona letrada, estudiada, creativa, bien trucha, inteligente y muy perspicaz. Ya métele a la cabeza a todo el mundo que no solo basta con conocer a miles de personas o al hermano de Luismi, este es un trabajo de seriedad absoluta como cualquier otra profesión.

Yo solo te pido que nos ayudes a abrirnos camino de nuevo a muchos de nosotros, porque aún tenemos mucho que dar. Ya entendimos la lección, y ya sabemos que si le deseamos el bien a los demás, la buena vibra siempre nos vendrá de regreso. Pero háganlo de corazón, solo eso les pido.

Y pues ya que el 25 de diciembre que es mi cumpleaños, me vas a tener confinada, pues que me lleguen muchos mensajes de amor, una tarta de frutas y un Pad Thai, y hasta un mensajito inesperado. mucho se te agradecerá. Cuida mucho a mis colegas de las Relaciones Públicas para que podamos seguir mostrando lo mejor del mundo. Y cuida a mi editor, para que me siga abriendo este espacio que me llena tanto, y se ha vuelto parte de mi vida.

Por un 2021 de paz y dicha para todo el mundo, que sea el año en que los corazones de ablanden y la vida nos brinde todo lo mejor, porque si nos lo merecemos. También a los que no han entendido y han aglomerado las calles, a ellos dales todo eso y un agrégales un poco de sentido común. ¿Sabes? Este año me he vuelto tan buena persona que hasta ya te perdoné, que toda la vida me hayas traído los juguetes y los regalos que se te pegó la regalada gana. He entendido que lo mejor es compartir, y recibir lo que viene desde el corazón.

¡Nos leemos en el 2021, si Dios, la inspiración, y si mi editor que seguramente andará muy apresurado cocinando para la Noche Buena y poniéndose de acuerdo contigo para la entrega de juguetes de Vale, me lo permiten

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