Los pedos de Monja un chocolate celestial con nombre escatológico
Por Armando Enríquez Vázquez
Twitter: @cernicalo
Dentro de la tradición de los dulces antiguos existe un dulce al que se bautizó como pedo de monja. En Querétaro se vende una versión mexicana, hablamos de la marca Pedos de Monja.
En Querétaro me topé con el simpático y escatológico empaqué de unos deliciosos chocolates. El producto además tiene un nombre provocativo y hasta ofensivo para muchas conciencias mojigatas y puritanas.
Se trata de los Pedos de monja, chocolates de leche con relleno, que se venden en muchos establecimientos sobre todo del centro de la ciudad y que trata de convertirse en una marca distintiva de Querétaro. El producto que, aunque parezca novedoso, sobre todo por el nombre que en un estado ligado a la ultraderecha puede parecer subversivo, es un antiguo dulce catalán del Siglo XIX.
Conforme a diferentes historias los pedos de monja fueron creados por un confitero italiano avecinado en Barcelona a finales del siglo XIX. Este hombre creó unas pequeñas galletas a las que llamó Petto di Monaca, Pecho de monja, me imagino que por lo pequeño de las galletas. Siempre es curioso como en el imaginario popular la pureza de una mujer, y sobre todo de una monja se oculta tras unos senos pequeños.
En Italia existen también otros postres o pastelillos similares, uno de la región de Abruzos y en específico de la provincia de Chieti, que se llama senos de monjas (Sise delle monache) y consta un pastelillo en forma de tres senos unidos, esto de acuerdo con la leyenda de la región debido a que en la antigüedad las monjas introducían un objeto entre sus senos para ocultar la voluptuosidad de los mismos. En la región de Altamura se cocina otro que se llama tette delle monache (tetas de monjas) que mantienen la forma de un seno y van rellenas de crema chantilly. Por si algo más simbólico deben llevar estos dos pastelillos, ambos son espolvoreados con azúcar glass como muestra de la casta blancura del pecho de una monja.
Curioso que en la confitería se imagine los pechos de las monjas como algo dulce y por ejemplo celestial, otro dulce de la época hace referencia a las tetillas de monja, una minúscula galleta de almendra, con pezón incluido y que aún son elaboradas en Aragón España por una empresa llamada El Beato, por si fuera poco.
En Cataluña, el nombre rápidamente fue alterado por los consumidores catalanes por el escatológico de pets de monja, pedos de monja en catalán. Pero además al llegar a tierras queretanas se modificó de una galleta a un chocolate que encierra una especie de garnache y que nada o poco tiene que ver con la creación original del cocinero italiano.
Volviendo a la envoltura de presentación de los chocolates queretanos, esta muestra unas pequeñas heces fecales con cara, que recuerdan al icono de wassup, lo cual resulta aún más incongruente pues el nombre es pedos y no soretes. En una envoltura que pretende ser más seria en la que las pequeñas caquitas son representadas en una silueta dorada sin dejar por ello de ser una figura escatológica. La idea de hacer de esta galleta catalana un chocolate queretano fue de una empresa llamada El Palacio del Chocolate que además hace diferentes tipos de chocolate, versiones con chile, aromatizados y hasta una barra con tocino.
Espero que estos chocolates que son una verdadera delicia y que ostentan un nombre de tanto humor escatológico y con tan llamativa presentación pronto pueda ser adquirido en otras regiones de México.