El café mexicano y sus Relaciones Públicas

Por Diana Alarcón Elizondo
Twitter: @dianapat23

Cuántas cosas sucedieron la semana pasada y de las que son tema de conversación en esta columna. Empezando desde la muerte de Diego Armando Maradona, hasta la fallida campaña de tiendas Elektra vs Best Buy y su salida de México (queriendo imitar la brillantísima de Burger King Reino Unido) o hasta las peripecias de Andrés Manuel López Obrador, pero ese es el tema de nunca acabar.

Hoy quiero hablarles de un tema que a nosotros los creativos y comunicólogos nos atañe más que nada. Se trata del café, sí del café, esa bebida por la que morimos de amor, esa que nos acompaña al abrir los ojos en las mañanas (o a cualquier hora), en nuestros momentos de inspiración, en una charla o simplemente porque sentimos que es una bocanada de amor para nuestros sentidos.

La historia del café seguramente ya la conocen ustedes, que si las cabritas en un país muy lejano se comieron por accidente las frutitas rojas y se pusieron bien “vivarachas”, y de ahí partimos a que muchas civilizaciones de antaño se atribuyen el nacimiento del café, uno de los descubrimientos más amados por la humanidad.

Yo no sé ustedes, pero de unos años para acá he sentido que la industria del café crece y crece. Cada vez que vas al super encuentras más marcas y variedades para todos los gustos y en muchas presentaciones. De hecho debido al confinamiento por la emergencia derivada del Covid-19, el consumo del café se disparó en un 35% en las casas mexicanas.

Esto también fue porque durante los primeros meses de pandemia, muchas de nuestras cafeterías favoritas cerraron sus puertas temporal o definitivamente y/o redujeron sus horarios de servicio.

Antes de la pandemia, este crecimiento de la industria fue detectado por muchos pequeños empresarios o emprendedores, quienes vieron que es un negocio noble y cada vez más solicitado. Todos los días podemos toparnos en la calle con pequeños o grandes locales que ofrecen café mexicano principalmente de los estados de Chiapas, Veracruz y Oaxaca, y que no le piden nada al de otros países. Si a esto le suman que han creado su propio concepto bajo diseños de interiores impresionantes y alimentos extremadamente apetecibles, ya estuvo que nunca vas a querer salir de ahí.

Es que sí, hoy en día hablar de café no solo se trata de la bebida que te ayuda a que se te espante el sueño, es toda una experiencia para disfrutar que refleja incluso el estilo de vida de muchas personas alrededor del mundo. No por nada por ejemplo, Nescafé a través de su marca premium Nespresso teniendo como imagen al mega bombón George Clooney, nos ha venido comunicando todo un estilo de vida de altísimo nivel, reflejado a través de la compra de sus cafeteras. Otra marca que también le ha querido apostar a esto es Starbucks con sus locales Reserve, que te ofrecen (marketing) y un café de grano más exclusivo.

Este fin de semana acudí al lanzamiento de la cafetera de la marca Esprofesso, compañía que fábrica máquinas de café que ayudan a que los baristas puedan potenciar todas sus habilidades y conocimiento sobre el café para así extraer los atributos del grano y poder plasmar todo el trabajo de los productores.

Para acompañar esta presentación, desde Italia trajeron a Luigi Lupi, catalogado como el mejor barista del mundo y a quién de hecho el mundo cafetero le debe la técnica del “latte art”, quien nos mostró esta pieza de diseño inspirada en el perfil de un guerrero azteca.

Esta inspiración solo me deja pensar que la calidad del café mexicano es aclamado y reconocido en todo el mundo, pero en palabras del mismo Lupi, quién aprovecha esta visita para impartir cursos en Latte Art del 30 de noviembre al 10 de diciembre, me dijo que le hace falta mucho mayor promoción y estrategias de posicionamiento.

Es que todos tienen que saberlo, México es uno de los principales productores de café en el mundo, anda por el lugar 13 o 14 de esta lista. Ni con la pandemia que nos ha tenido más que encerrados y deprimidos a muchos, ni con la crisis económica a nivel mundial, se nos baja el antojo de saborear un buen café en casa.

Además de acompañarnos durante el día (y aún más a la hora del home office), el café poese una larga lista de beneficios a la salud. Por ejemplo muchos especialistas han asegurado que consumir una taza de café al día estimula la atención, el aprendizaje, la memoria y la concentración. Además reactiva la circulación sanguínea, lo que ayuda a evitar ojeras y celulitis, entre muchas cosas buenas más.

Lo más importante hoy en día es fomentar el consumo local para beneficio de nuestros productores nacionales y sus familias

¡Nos leemos en la próxima columna si Dios, la inspiración, pero sobre todo si mi editor que seguramente también es un coffee lover me lo permiten!

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