Propósitos de Año Nuevo: ¿este 2022 sí los vas a cumplir?

Por Diana Alarcón Elizondo
Twitter: @dianapat23

Una buena parte de los propósitos de Año Nuevo que nos hacemos y hasta les dedicamos unas uvas durante la noche del 31 de diciembre se abandonan antes de que comience febrero, y eso es un indicador de que tal vez las metas marcadas no se van a llevar a cabo, no eran tan realistas o tal vez no estaban tan definidas.

Y es que promesas como ponerse a dieta, cambiar de trabajo y hasta de pareja, dejar de ser co dependiente, apuntarse al gimnasio, dejar de fumar, requieren de un alto altísimo grado de voluntad y de ya saben qué.

Tal vez estoy en lo correcto, y eso de que no nos trazamos objetivos definidos como decía por ahí el libro o la película “El Secreto”, no hemos sabido pedir o enfocarnos en el mandato adecuado, o tal vez estamos pensando en objetivos elevados en lugar de ir paso a pasito (luego por qué nos sentimos frustrados).

Así como lo acabamos de plantear de manera personal, en el mundo laboral es algo parecido. Lo que muchas compañías suelen hacer, es establecer metas y establecer incentivos, para de poco en poco, alcanzar cada vez metas más ambiciosas, en lugar de castigos o sucesos negativos.

Un error enorme es establecer un cambio de vida por completo el 1 de enero como la fecha ideal. El problema es que la ciencia también nos ha enseñado que cualquier cambio se produce por etapas: incluso si dejas de fumar de golpe no lo habrás superado hasta semanas, meses o años después. No olvides que todo requiere tiempo y voluntad.

Así que por favor no vuelvas a establecer tus nuevos objetivos de vida durante la noche de Año Nuevo, donde tal vez vivas la euforia y el exceso a mil.

Dejemos de ser víctimas del marketing, porque en caso de que no cumplas tus propósitos, tendrás la sensación de haber fracasado por completo y tendrás que esperar hasta el siguiente 31 de diciembre para comenzar otra vez, y la verdad es que no es así.

Sea como sea, tengamos en la mente tratar de ser mejores y lograr mantener las motivaciones todo el año. Tus propósitos tienen sentido si lo haces con sentido, sin duda alguna.

¿Ya te preguntaste cuántas veces te has apuntado al gimnasio o te has propuesto dejar de fumar el 1 de enero y no has sido capaz? Ahora plantéate: ¿cuántas veces lo has intentado siguiendo un estricto calendario con objetivos graduales?

Nunca confundamos el fracaso con la falta de objetivos concretos, razonables y medibles.

¡Nos leemos en la próxima columna si Dios, la inspiración, pero sobre todo si mi editor quién después de leer esta columna seguramente ya movió de fecha sus objetivos, me lo permiten!

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