La tierra cambiante y divertida de Catán

Por Armando Enríquez Vázquez
X: @cernicalo

Entre los juegos de mesa con mayor reconocimiento actualmente se encuentra la creación de Klaus Teuber. Un juego y una franquicia en tiempos de Internet. Esta es la historia del famoso Catán.

Hoy que tanto se habla de creadores de contenido y de su importancia, pensamos en contenidos en línea y de la manera más grotesca y prosaica en temas de mercadotecnia, sin pensar que los creadores de contenidos han existido desde que el hombre se reunió por primera con sus semejantes para crear una identidad entre ellos y sus creaciones son muy diversas.

Entre esos creadores de contenido no tan llamativos están lo que se han dedicado a diseñar e inventar diferentes juegos de mesa que reúnen a amigos, familiares y conocidos a pasar horas de diversión, empezando por juegos tan importantes y antiguos como el ajedrez y todos sus variantes, las damas y en el siglo XX, diseñadores, educadores o simples mentes lúdicas como Elizabeth Magie y su Monopoly; Anthony Pratt, creador del Clue; Leslie Scott y Jenga, hasta Sergio Schaar Chabat, creador del mexicano Maratón; han existido muchos dedicados a esta divertida profesión.

Hace poco jugué por primera vez Catán, un juego que salió a la venta en 1995 y que se ha convertido en la marca y franquicia de juegos de mesa más exitosa en los últimos 25 años, con ventas que superan y por mucho a populares videojuegos. Su creador fue un alemán, Klaus Teuber, quien nació el 25 de junio de 1952 en Rai-Breitenbach, un pequeño poblado a unos sesenta kilómetros al sureste de Frankfurt. Klaus estudió química y dirigió un tiempo como gerente de un laboratorio dental que heredó de su padre, lo que lo hacía vivir bajo presiones y estrés, que de manera fortuita lo llevaron a diseñar juegos de mesa en la tranquilidad de las noche en el sótano de su casa, era una terapia a manera de distracción y en ese momento no lo veía como un negocio. Teuber lector recurría a las historias que había disfrutado para crear juegos que en un principio disfrutaba en soledad.

En 1988, decidió presentar y editar uno de ellos: Barbarossa und die Rëtselmeister (Barbarroja y los maestros del rompecabezas), un juego para cuatro contendientes, basado en una leyenda del emperador Federico I, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. El juego combina la destreza manual pues elemento importante del juego es el uso de plastilina. Teuber ganó ese año el premio al mejor juego de mesa de la industria alemana. A este primer juego siguió en 1991 Drunter und Drüber, en el que los jugadores se asumen como habitantes de un pueblo en reconstrucción. De nueva cuenta Teuber ganó el reconocimiento al juego de mesa del año en Alemania.

Sin embargo, y a pesar de los premios, la creación y diseño de juegos aun era insuficiente para dar estabilidad económica a Teuber y familia, pues las ventas eran irregulares. Siguió pensando en nuevos juegos pero esta vez decidió probarlo jugando los diferentes prototipos con su esposa e hijos. De esta manera, se podía dar cuenta cuando el juego se volvía aburrido o poco atractivo para ellos, entonces lo modificaba y lo volvía a poner a prueba.

Basado en su amor por los mapas, algo que había adquirido en la infancia, la historia y los relatos, Klaus Teuber quería diseñar un juego que tratara de una isla, de su descubrimiento y del uso de los diferentes materiales que se necesitan para desarrollar poblados y fomentan al comercio. Para Klaus siempre fue claro que un juego no debe educar, debe entretener, un juego debe tener implícito el factor de la suerte, y debe ser lo suficientemente sencillo para que un abuelo lo juegue con sus nietos en igualdad de circunstancias, así tenía que ser el nuevo juego de Teuber. El proceso para crear Catán llevo al diseñador más de cuatro años.

Finalmente en 1995, Teuber presentó Catan, que originalmente se llamó Die Siedler von Catan (Los colonos de Catán), el éxito fue inmediato y durante los días siguientes a su presentación se vendieron los cinco mil juegos que el autor editó. En su primer año Catán vendió 400 mil copias y su creador ganó por tercera vez el premio al juego de mesa de Alemania, así como otros importantes premios del sector. En 1996, Catán se vendió por primera vez en Estados Unidos.

Catán cumple con los requisitos que se propuso Teuber. Otra de las ideas que tenía Teuber sobre su juego que debía de ser diferente en cada partida y permitir desarrollar un nuevo juego cada vez que se lleva a cabo, para evitar que se tengan estrategias establecidas por los jugadores o que el juego se vuelva obvio.

En 1999, vendió la empresa que había heredado de su padre para dedicarse de lleno al diseño de juegos. El éxito de Catán llevó al alemán a crear expansiones para más jugadores y nuevas temáticas, así como otros juegos derivados de Catán, juegos de dados y de cartas, obviamente versiones para consolas y otras que se llaman en 3D por tener un mayor volumen. Incluso hay una versión de la franquicia de Juego de Tronos. Existen campeonatos de Catán y en 2019 el campeonato para nuestro continente se llevó a cabo en Oaxaca.

En 2002, junto con uno de sus hijos Guido y Benjamín ,Teuber fundó la empresa Catan GmbH que es la encargada de administrar las licencias de publicación del juego. Benjamín además se ha dedicado al diseño de nuevos productos de la familia Catán junto con su padre o él sólo.

Mas de 40 millones de Catán se han vendido alrededor del mundo y se comercializa en al menos 40 países. El 1º de abril de 2023, Klaus Teuber murió. Escribió novelas acerca del juego y una autobiografía de su vida como diseñador de juegos.

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