Las mujeres en las Relaciones Públicas #porquetulovales

Por Diana Alarcón Elizondo
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@dianapat23

Hace ya algunos años que la sociedad se ha despegado de actividades que solo concernían al mercado masculino, y las mujeres nos hemos ido metiendo (como la humedad) en todo tipo de temas laborales, logrando cada vez superar más retos, y que nuestra voz sea más escuchada, además de nuestros propios derechos.

En el terreno de las Relaciones Públicas, la comunicación de género ocupa cada vez un rol más importante en la estrategia de la empresa. Reducir la brecha entre hombres y mujeres es el hilo conductor principal. Sin embargo, aunque este mes veamos todo de color morado por muchas empresas, la problemática y varios trasfondos siguen muy presentes y el camino es muy pero muy largo.

Hablemos primero de lo que pasa en México y en el mundo. En nuestro país todos los días mueren cientos de mujeres, la palabra feminicidio, desafortunadamente cada vez es más frecuente en nuestro vocabulario. Tan solo a 4 días de haber comenzado este 2023, ya había 249 mujeres que perdieron la vida y a los 8 ya había 666, muchas de ellas de manos de sus familiares.

Es por eso que este y todos los 8 de marzo, no podemos llamarlos celebración, si no una conmemoración y una llamada de atención para que estos actos tan viles no vuelvan a suceder jamás.

Por el lado de la comunicación, las empresas no solo deben de mostrar su apoyo lanzando productos de color morado, con frases empoderadas o con mensajes de apoyo. La acciones reales y sobre todo la congruencia debe de existir en el interior y en el exterior de sus empresas. Ya ven luego cuantos testimonios de mujeres maltratadas en sus propios entornos de trabajo salen a la luz por estas fechas.

Para llevar a cabo una campaña, debe existir sumo cuidado porque la línea entre lo que las marcas quieren decir, y lo que hacen, además de lo que aportan es muy delgada. La comunicación, la publicidad y los medios, crean la realidad, por lo que el compromiso es fundamental, y ya no se puede ir por la vida con mensajes y actividades vacías.

La semana pasada acudí a una pasarela organizada por L’Oréal en el Museo Soumaya de la Ciudad de México. La atmósfera y el ambiente adornado con su hashtag de siempre #porquetulovales se veía por todos lados. Fui testigo de la organización, centenar de fotos que sobre todo las influencers se tomaban en el press wall porque mis amigos de prensa (los que me invitaron) y yo, llegamos temprano.

Tomamos nuestros asientos designados en los lugares que decían “prensa”, y a punto de comenzar este desfile, una de las ejecutivas de Relaciones Públicas, la cual dejaba ver su poca experiencia en cuanto a nuestra profesión, quien fue enviada por el ejecutivo de cuenta (que sabrá Dios quién sea o dónde trabaje) llamado Armando Caso, (en este caso el RP convocante- ya ven que hemos platicado de la gran diferencia entre ser un publirrelacionista estratégico y un convocador, que solo invita gente, ahí que Dios me perdone), nos mandó pedir que nos moviéramos de lugar porque “se los habían pedido los directivos”.

Después de decirle que no nos moveríamos, preferimos hacerlo y abandonar el recinto, en el que casi casi al fondo del lugar podía ver a la enorme escultura de Miguel Angel con cara de “pena ajena”. Es que sí, mi cabeza no entendía el momento que estábamos pasando, créanme que en otras partes, a esta persona y por el simple hecho de haber corrido a “parte de la prensa” del lugar para poner a “medios importantes y “niñas bonitas” en primera fila, ya nos hubieran despedido del trabajo.

Después de 25 años de carrera recién cumplidos, me duele ver la forma en la que se han convertido las Relaciones Públicas. Hasta no hace mucho tiempo las formas, la educación, el estudio, te hacían llegar a tomar decisiones para lograr sacar un proyecto de la mejor manera, hoy solo es importante llenar lugares con influencers.

¿A que formas y tácticas hemos llegado con tal de “conseguir” lo que queremos? ¿Se darán cuenta de que perdieron además de dos o tres notas, a tres o cuatro importantes aliados editoriales que pudieran apoyarlos en este y otros proyectos a futuro (si es que los tiene)?

Con este hecho, me queda claro que L’Oréal es una marca que manda sus mensajes “de dientes para afuera”, y que la coherencia de sus planes de comunicación no existe. Así como esta y muchas otras compañías, lo primero que deben hacer es tener un plan de acción que incluya distintas políticas internas que apelen a la transformación. Ser coherentes, ante todo, llenar los mensajes vacíos con implementaciones que busquen paridad y un equipo con la misma filosofía y educación.

En cuanto a comunicación interna, el sentirnos comprendidas y apoyadas en nuestra misma empresa, es básico. Hay que escuchar, identificar cómo está la brecha real, para que sepan todas nuestras necesidades y llegar a una inclusión efectiva, si estamos bien por dentro estamos bien por fuera.

Volviendo a la parte externa, hay que pensar en cómo hacer para que cada vez haya más mujeres en la toma de decisiones de las marcas.

Cuando sepas lo que pasa al interior, sentarás un precedente hacia el afuera. Recomendaciones hay muchas, pero lo primordial es la capacitación constante, el sentido común y la coherencia, el compromiso real es lo que debe de respirarse en todo el entorno.

Ha sido una labor titánica el hacerle Relaciones Públicas a las Relaciones Públicas, pero de nada sirve llenarse de elementos que no las vivan diario y les falten al respeto. El desconocimiento a nuestra labor, es lo que no nos deja avanzar. Colegas, ¿no les pasa que sus jefes o sus clientes cada vez están más ansiosos o agresivos en cuanto a nuestros resultados? Quieren fama y ventas inmediatas, quieren salir en los medios que ellos quieren cuando ellos quieren, eso quiere decir que ni su PR, ni ellos mismos han entendido de qué va esto.

Hace años, este acto de discriminación (y en pleno mes de marzo) inimaginable por parte de L’Oréal, su agencia de convocadores y Armando Caso, hubiera sido motivo de despido inmediato. La arrogancia jamás ha sido parte y sólo lo será de un plan de Relaciones Públicas para tratar de verte “aspiracional”.

Por lo pronto, me quedo con mi champú Pantene que sí me deja mi pelatzo hermoso, y que a L’Oréal #lesigavaliendo lo que sus agencias de RP hagan, el mundo es muy chiquito, y el de las RP´s mucho mas.

El camino para nosotras en el terreno de las Relaciones Públicas también sigue siendo árido. El día que nos incluyan en las juntas, pregunten nuestros puntos de vista y ganemos las misma igualas que los hombres, comenzarán a cambiar las cosas.

Y por último y no menos importante, les recuero que para ser publirrelacionista (hombre o mujer), se estudia una carrera; se reúnen varias aptitudes como: tener buen corazón y alma, se debe ser ético, empático, amable, facilidad de palabra, inteligente, asertivo, carismático, sentido común, educado, buenos modales, buena conversación, y por último una buena base de datos con tus más preciados contactos, esos aliados que te has hecho en el camino, y que muchos se quedan siendo parte de tu vida o tus amigos más queridos a los que tienes que cuidar en todo sentido.

No sean así de groseros con nadie, pero menos a quienes consideren sus “cuates”, porque los pueden vetar y perder esa publicación para ese o más proyectos a futuro, si es que los vuelven a tener, obvio. No discriminen por tener “medios chiquitos” o no llenar los estándares para ser dignos de “primeras filas”. Este medio es muy pequeño, así como el cerebro de ciertas personas, que así muy al estilo Shakiresko, ”ni al caso con el caso”.

¡Feliz día de la mujer a todas y cada una, somos unidas y somos lo mejor que ha dado este mundo!

Nos leemos en nuestra próxima columna si Dios, la inspiración, pero sobre todo si mi editor que ya debe estar comprándome mi champú Sedal de regalo del día de la mujer (porque no valgo lo suficiente para L’Oréal), me lo permiten!

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