La guerra de los pasteles de Costco México

Por Diana Alarcón Elizondo
X: @dianapat23

Hace unos meses, en varias sucursales de Costco México se colocó un letrero que declaró la guerra a los amantes (y emprendedores) de los postres, ya que la venta de los mismos, así como pays, estaba a limitada a 5 en total por socio por día.

Esta nueva medida provocó discusiones, empujones, aglomeraciones, largas filas y claro, infinidad de memes y noticias que han sobrepasado las redes sociales, también en los noticieros y principales diarios del país, nos hemos enterado de estos hechos. Cabe mencionar que que Costco se denomina una cadena de tiendas de autoservicio que vende a precios de mayoreo a socios por membresía.

Y es que existe un nicho de comerciantes dedicados a la venta por rebanada de estos pasteles, así como galletas y donas que se hacen en Costco. Sin duda, esta comunidad de emprendedores han llevado el éxito de dicho alimento más allá de los comercios donde se ofertan originalmente con el beneficio de obtener ganancias por la reventa.De hecho la cadena jamás salió a explicar las razones de las restricciones, porque algunos clientes también celebraron la medida, ya que en días festivos se quedaban sin pasteles, debido a que los revendedores suelen acapararlos.

Como era de esperarse, establecimientos catalogados como competencia para Costco como Sam’s Club publicaron varios anuncios en sus redes invitado a disfrutar de sus pasteles sin limitaciones, así como City Club que compartió un video donde se muestran 15 distintos tipos de pasteles dentro de un carrito con el letrero “No te pongas limites, ven por todos los pasteles que desees”. Pues es que si, tanto en pasteles como en Roscas de Reyes, todas se les quedaron.

Hoy en pleno 2024 esta medida dejó de existir. Por lo que el señor o señora pastelera de Costco tendrá que pedir ayuda y sacar más producción. Siento que la estrategia de Costco basada en el silencio y “dejad que las masas se peleen por mi”, o ·mientras más prohibido quiero más”, les funcionó porque su imagen se ha visto intacta y las largas filas por sus exitosos pasteles continúan. Sin duda, si ya son un negocio exitoso, en plena temporada de fiestas de Navidad y Fin de año, por estas “dulces” polémicas se han ido al cielo.

No sé qué piense su departamento de comunicación al respecto, pero sin duda en su momento esta decisión fue tomada carente de sentido común. En lugar de enfrentar sus problemas de producción y operación dentro de la tienda, además de la violencia entre clientes por la disputa por los productos y que mucha gente celebraba o le parecía chistoso en la redes, pudieron los pasteles en un punto de prohibición, desatando así la furia comunal.

Les faltó ponerse a pensar que en este tipo de negocio, la reventa, manejada adecuadamente, puede ser una fuente lucrativa de ingresos. En el caso reciente de los pasteles de Costco, algunos emprendedores como las mal llamadas “nenis” lograban ganancias que oscilaban entre los 5 mil y 7 mil pesos semanales, demostrando que, aunque la ganancia por unidad vendida pueda parecer modesta, el volumen de ventas puede generar beneficios significativos.

Esta medida también habla de una falta de conexión con la realidad socioeconómica de muchos de sus consumidores por parte de Costco. La decisión, lejos de apoyar el espíritu emprendedor, parece castigarlo. En vez de limitar la venta, podrían haber buscado soluciones alternas, como incrementar la producción o establecer programas de apoyo a pequeños emprendedores.

¿De plano valen tanto la pena los pasteles de Costco? Ojo cadenas mayoristas, aquí hay un gran mercado que atacar.

Pero hablemos también del consumismo o de las compras de pánico, en las que siento que hay una línea ultra delgada. Recuerden a principios de 2020 cuando comenzó la pandemia por el Covid-19, las largas filas no eran por pasteles o por comida, ¡eran por papel de baño”. A la fecha nadie ha podido explicar el por qué, ¿ustedes lo saben?

Pero calma, calma, el consumismo no es solo en México, el producto de compra de moda de estos días son los termos de la marca Stanley, ¡pero los que son de color rosa en colaboración con Starbucks USA y Target que se agotaron en cuestión de minutos!. Todo comenzó con un video de una usuaria que se hizo viral porque se le incendió el auto y lo único que se salvó fue su termo…quedó intacto. Ante ello, la marca lo vio y no solo le agradeció el gesto, ¡le regaló un auto nuevo!

¿Se imaginan después de eso como se elevaron las ventas del dichoso vaso que ahora hasta en las tiendas Shasa venden su versión “Simi” aquí en México los puedes encontrar?

El “panic buying” o “compras de pánico” supone el acaparamiento irracional de bienes en grandes cantidades provocado por el miedo o la angustia de que el producto se agote, suban mucho los precios, y no poder acceder a algo que hasta hace poco era fácil. También contribuyen a ello los medios de comunicación y las redes sociales que, al difundir imágenes de acaparamiento, echan más “leña al fuego” a esas decisiones irracionales. Al final, estas compras de “pánico” o de consumo irracional son las que paradójicamente provocan la escasez y el aumento de precios, más que la catástrofe o el hecho inicial de alarma que la impulsa.

Y es que, muchas de nuestras decisiones de consumo son guiadas por nuestras emociones. Aunque lo lógico es que de las necesidades humanas surja el deseo de compra, en algunas ocasiones primero deseamos la compra de algo y luego sentimos la propia necesidad. Compramos por deseos, aspiraciones, por querer ser aceptados por los demás, porque queremos agradar a alguien o simplemente porque, “nos lo hemos ganado”.

En este contexto de lo emocional e irracional estarían estas compras de pánico; deseamos la seguridad , tener control de la situación, sentirnos protegidos y quizá tener docenas de rollos de papel higiénico en casa puede ayudarnos a conseguirlo.

Y bueno, muchas marcas saben como controlar nuestras emociones a través de sus campañas. Yo solo me despido hoy con la pregunta del millón ¿Por qué producto será la siguiente pelea de estos meses?

¡Nos leemos en la próxima columna si Dios, la inspiración pero sobre todo si mi editor que ya debe estar pidiendo su vaso Stanley con desesperación me lo permiten!

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