El Moro, la marca de una churrería sin igual en la Ciudad de México

Por Armando Enríquez Vázquez
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@cernicalo

Desde 1935 en el Centro Histórico de la capital mexicana El Moro abrió sus puertas para deleite de los amantes del chocolate y los churros. Esta es su historia.

Quien no se haya comido un churro en El Moro, no conoce el Centro Histórico de la capital de México. Esta es la historia de un legendario establecimiento y de los panes fritos que lo han hecho famoso.

A inicios del siglo XX muchas naciones europeas se encontraban en las peores condiciones económicas tras la I Guerra Mundial, uno de estos países era España, la migración de españoles hacía América se dio a lo largo de las primeras décadas del siglo y que culminó con un exilio masivo a partir de la Guerra Civil Española cuando millones de españoles afines a una República democrática tuvieron que abandonar su patria perseguidos por la represión y la intolerancia que encabezó Francisco Franco, encontrando un nuevo hogar en diferentes naciones alrededor del mundo.

Con aquellos hombres y mujeres viajaron sus historias, sus costumbres y también sus cocinas. A pesar de la identificación inmediata que hacemos de los churros con España, esta delicia tiene como origen la antigua China, y no llegaron a Europa hasta el siglo XVI en los barcos de los navegantes portugueses.

Youtiao es un pan alargado salado que igual que el churro se fríe en aceite. La leyenda dice que la creación se debe a los panaderos de la ciudad de Hangzhou que en siglo XII decidieron hacer estos panes como escarnio a la figura del canciller Qing Hui y su esposa a quienes se le acusó de traidores pues fueron los autores intelectuales de una conspiración que terminó con la vida del general Yue Fei que era muy querido por el pueblo chino.

Los panaderos a la masa alarga le hacían un corte a lo largo antes de freírla, el resultado dos palos deformes, unidos que representaban al canciller y su esposa. Con las expediciones portuguesas al imperio asiático los peninsulares llevaron los Youtiao a Lisboa, en su tropicalización en la península ibérica se sustituyó la sal por azúcar, tal vez porque el endulzante era muy valorado en aquellos tiempos en Europa y los alimentos azucarados eran un símbolo de estatus. De Portugal pasaron a España y durante el siglo XIX lo trajeron de este lado del Atlántico.

Aunque se encuentran menciones de los churros en la Capital de México en el siglo XIX, la primera churrería en la Ciudad de México data de 1935.

Francisco Iriarte, oriundo del pueblo español de Elizondo, para ganarse la vida al llegar a México echó mano de uno de los productos de su pobre tierra; el churro. Y en un carrito comenzó a venderlos en el Zócalo de la Ciudad. La demanda y popularidad llevaron a Iriarte a poner un local para vender sus churros, ubicado en el número 42 de San Juan de Letrán, hoy Eje Central, donde permanece la matriz.

Francisco Iriarte murió en 1940 de tuberculosis, sólo cinco años después de fundar la churrería, para esos momentos sus hermanos José, Santiago e Ignacio ya estaban en México, ellos se hicieron del negocio y hasta la fecha la churrería El Moro es un negocio familiar, que hoy manejan los hermanos Santiago, Francisco y su primo Diego, sobrinos nietos del fundador.

El nombre del negocio viene, de acuerdo con la sitio web de la churrería, del recuerdo que tenía Francisco de un personaje que vendía churros en su natal Elizondo y en el que se inspiró para crear su negocio y al que apodaban El Moro.

Hasta el siglo XXI, El Moro sólo tenía el local del centro, la segunda generación se preocupó por mantener el negocio bogante y viviendo de su fama, presumiendo a sus comensales distinguidos y manteniendo la calidad de los churros y la variedad de chocolates para disfrutarlos. También comenzaron a ofrecer tortas a su clientela, para completar la merienda.

En 2014, la tercera generación decidió atacar el mercado de los millennials como ellos y abrieron su primera sucursal en el Mercado Roma, actualmente y a pesar de la pandemia El Moro mantiene punto de venta en Coyoacán, La Condesa, Santa fe, Mariano Escobedo, Polanco, la Roma, la Zona Rosa, el Pedregal, Azcapotzalco, entre otras zonas de la Ciudad de México. La demanda por los churros de El Moro se ha extendido por la mancha urbana y la tradición de más de 85 años sigue creciendo entre los capitalinos.

*Foto: https://elmoro.mx/

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