Absolut Vodka, la historia de la marca El frasco de un boticario como un ícono

Por Armando Enríquez Vázquez
X: @cernicalo

Un self made man, una bebida alcohólica y una presentación llamativa: una historia de éxito. Entre las bebidas alcohólicas más populares a nivel mundial se encuentra el vodka. Su origen se remonta a la edad media y tanto Rusia como Polonia se disputan la paternidad, se cree que la palabra vodka es un diminutivo de la eslava Voda que significa agua, y uno de los primeros registros que se tiene de ella son unos documentos del Palatinado de Sandomierz hacia 1405. En lo que hoy es Polonia, en ellos se hace referencia a una serie de medicinas y cosméticos en los que se utiliza algo llamado “agüita de vino de pan”, diferenciando al licor proveniente de granos de cereales de aquel que se logra de la fermentación de la uva. Éste destilado se utilizaba al parecer para diluir otros ingredientes medicinales, por esta razón otros estudiosos creen que su origen está en el verbo Vodin que significa diluir en agua y otros más dicen que la palabra significa “vino o agua que quema”.

Siendo una bebida que tenía un uso medicinal, no es curioso que una de las marcas más importantes de vodka del mundo se haya basado en una botella de botica para crear el envase de su vodka, lo que sí es de llamar la atención es que la marca no sea ni rusa, ni polaca, sino sueca.

Absolut, nació en 1879, en las afueras de Estocolmo y su creador fue un empresario llamado Lars Olsson Smith, el primer nombre de la bebida era Tiodubbelt Renadt Brännvin y hacía referencia a la técnica con la que el vodka era destilado. Casi un siglo después en 1958 el nombre cambió a Absolut Rent Brännvin que significa Vodka absolutamente puro. Hasta 1979 Absolut permaneció como una marca local sueca. A raíz de su centenario los ejecutivos de Absolut decidieron que había llegado el momento de internacionalizarse y mandar su bebida a los mercados mundiales.

La cara de Lars Olsson Smith está presente en el medallón de todas las botellas de Absolut en el mundo. Olsson Smith nació en la pequeña ciudad de Kiaby el 12 de octubre de 1836, a los 8 años comenzó a trabajar en una tienda, debido a Las dificultades económicas en su familia. El cónsul norteamericano Carl Smith se convirtió en su tutor y de él Lars tomó su segundo apellido.

Después de trabajar en diferentes ramas del comercio, así como en barcos, a los 22 años, Lars creó una empresa dedicada a la distribución de bebidas alcohólicas y su propia destilería. Distribuía y comercializaba su vodka en las islas aledañas a Estocolmo en el municipio sueco de Lindigö. El vodka de Lars tenía una gran demanda debido a la pureza de la bebida a diferencia de los otros fabricantes locales por lo que esos competidores se encargaron de que el gobierno sueco le impidiera el paso a su vodka, pero al final del día el producto de Lars prevaleció y el fue conocido el Rey del Vodka, e hizo una gran fortuna, además de entrar a la política sueca. Lars Olsson Smith murió en Kariskrona, Suecia el 9 de diciembre de 1913.

En 1917 el gobierno sueco decidió crear una empresa a la que llamó V&S Vins & Sprit y controlar la distribución y venta de las bebidas alcohólicas en aquella nación, así la empresa productora de vodka fundada por Lars Olsson Smith pasó a ser parte del monopolio estatal. En los años setenta del siglo pasado y con la necesidad de hacer a la empresa una que tuviera ganancias pues la venta y comercialización de alcohol en Suecia estaba severamente reglamentada surgió la idea de exportar el vodka. Para ello Lars Lindmark, entonces presidente de V&S Vin &

Sprit AB decidió relanzar Absolut Rent Brännvin, como un vodka de alta calidad y pureza bajo la etiqueta de la vieja marca. La idea era un producto Premium, para conocedores. La idea de dar a conocer y posicionar a la marca en nuevo nicho, así como su lanzamiento a nivel mundial enfrentó varios dilemas el primero de ellos: Nunca en su historia Suecia había lanzado un proyecto de exportación de una bebida alcohólica tan ambicioso como el que se pretendía con Absolut. Estaban también la creación de la etiqueta, el envase de la bebida vodka. El reto era mayúsculo pues desde un principio se tenía como meta el mercado norteamericano un mercado con muchos consumidores de vodka y sin duda una de los más lucrativos.

Basados en la idea de pureza y alta calidad, se exploraron diferentes ideas, tanto de envase como de etiquetas, buscando ideas que hablaran del origen sueco de la bebida se jugó con ideas que iban desde imágenes bucólicas de Suecia hasta vikingos. Nada parecía convincente. Sin embargo, la idea del envase fue la que desencadenó todo lo demás. Gunnar Broman, uno de los publicistas encargados del proyecto, se cruzó en una tienda de antigüedades con una vieja botella de boticario, su sencillez le llamó la atención, su transparencia se le hizo perfecta para demostrar la pureza del vodka y llevó su idea ante sus colegas. La idea fue recibida con entusiasmo y se acordó también evitar la etiqueta para dar mayor visibilidad del producto.

Otro par de problemas los encontraron al tratar de registrar la marca pues la marca no se podía registrar como “Absolute pure vodka”. La palabra “Absolute” es un adjetivo y por lo tanto no puede registrarse como marca bajo las leyes americanas, los suecos decidieron en ese momento eliminar la “e” final y también la palabra “pure” creando así Absolut Vodka como marca registrada.

Así inicio la aventura, en su primer año Absolut vendió tan solo 90,000 litros en Estados Unidos, actualmente Absolut vende más de 96 millones de litros alrededor del mundo y se vende en 126 países. Está considerada dentro de las cuatro marcas más importantes de bebidas alcohólicas en el mundo. Cada gota de Absolut es destilada en el pequeño poblado de Ahus a las afueras de Estocolmo.

Uno de los grandes éxitos y fortalezas de la marca se encuentra en su publicidad, que durante muchos años se limitó en mil formas diferentes a retratar o simular la botella de Absolut. La campaña es considerada como una de las diez campañas más exitosas del siglo pasado por la revista Age. En total la campaña tiene más de 1000 anuncios en diferentes medios y más de 400 premios. En 1985 Andy Warhol pintó la botella de Absolut y desde entonces decenas de artistas, fotógrafos, diseñadores han contribuido con su punto de vista a las campañas de Absolut. Los artistas chinos Gao Yu y Chen Man participaron en 2010 en el diseño y la campaña de las botellas de edición limitada de su creación para el mercado chino. La más reciente colaboración para la botella llamada Mosaico fue con el cantante y activista Olly Alexander.

En 2008, Absolut fue vendida por el gobierno sueco a la compañía francesa Pernod Ricard Holding Company, hoy es una rama de Pernord que maneja otras marcas del gigante de bebidas como Beefeater, Kahlúa, algunos tequilas y mezcales.

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