El legado que deja Vicente Fernández a la música mexicana

Por Diana Alarcón Elizondo
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@dianapat23

Para todos es sabido que la cultura y la música mexicana son conocidas y reconocida sen todo el mundo .¿Quién no e ha echado su tequilita con una canción de José Alfredo Jiménez o Pedro Infante para tratar de sanar el dolor, o simplemente acordarse, ¡ay dolor!

Se nos acaba de ir Vicente Fernández, el último tal vez gran ídolo, o como lo tituló la periodista Olga Wornat en su más reciente libro “El último gran rey” y que seguramente después de la partida del Charro de Huentitán, se irán destapando más sucesos a lo largo de su vida.

La música mexicana es un estandarte, y una parte muy importante que ha dado identidad a nuestro país. Con la partida de nuestro “Chente” se va una época dorada, y ahora sí, sabemos que no hay nadie igual a nadie, pero nos urgen figuras que sigan manteniendo el legado nacional.

Y es que sí, la música rompe fronteras, nos muestra que a través de ella podemos transmitir sentimientos, emociones y experiencias de vida al mundo creando (casi siempre) hermosas convivencias, hermandad sin importar la raza, color, religión, país o estatus social. Ayer en la mañana escuchaba por ejemplo, que justamente fue Don Chente el pionero de la onda de los palenques, que antes eran 90% para realizar peleas (no escuché bien si de boxeadores, gallos, perros, no sé, discúlpenme), y después cantaba una hora, seguían las peleas y tan tan. Fue gracias a su entrega, a su talento que la gente se le volcó y de ahí salió su famosa frase “mientras la gente siga aplaudiendo, yo seguiré cantando”, comenzando así una ola de paz y una nueva plataforma para los cantantes, los ya tradicionales palenques.

Es que si de algo puede presumir México, es de su música, ese sabor y ritmo que le ha dado la vuelta en todo el mundo. Tal vez no solo es el sonido o las letras, inspiradas en muchos casos en vivencias personales de autores o historias de otras personas y que obvio nos identificamos con ellas, ¿quién no ha sufrido o reído por amor?

El impacto cultural de nuestra música le llega a extranjeros y a nuestros compatriotas que viven en otros países es un fenómeno, un movimiento de identidad que se va extendiendo más allá de las fronteras. No por nada muchos artistas hacen tantas colaboraciones últimamente; ser mexicano o estar cerca de un mexicano y de su música es cool ¿verdad, Maluma? ¿Qué me dicen de Los Ángeles Azules? ¡Todo mundo quiere grabar con ellos!

Lo padre también de nuestra música, que además de abrir fronteras, es que es tan noble que todo mundo quiere ser parte. Don Chente llegó a compartir el escenario con artistas nacionales e internaciones, como por ejemplo el tenor Plácido Domingo (eterno amante de México) y hasta con Tony Benett, quien en una entrevista con The Associated Press dijo que Fernández era “su favorito” y que habían compartido extensamente en su rancho en México. “Tenía un estudio de grabación maravilloso y grabamos el tema allá mismo”, dijo Bennett sobre la canción “Return To Me”, incluida en su álbum “Viva Duets”.

Sin duda alguna, Don Vicente Fernández deja un gran legado a la música mexicana, que con su poderosa voz inmortalizó muchas canciones y se posicionó como uno de los máximos representantes de la música ranchera. Desde hace muchos años y hoy más que nunca, es la inspiración de nuevos cantantes, comandados seguramente por su hijo Alejandro Fernández y su nieto Alex Fernández, quienes en el primer caso, ya representan la modernidad o evolución del “charro mexicano”, abriendo paso a las nuevas generaciones de artistas de música mexicana.

Lo más característico de la música mexicana es que todavía sigue siendo el medio de expresión del alma de nuestro pueblo y una gran publirrelacionista de nuestra cultura.

Cualquier acontecimiento nacional o individual queda perpetuado en la música. Y es que su alto grado de “emocionalidad”, hace que nos acordemos de algo, que nos emocionemos, ¡que se nos enchine el cuero, pues!

La música mexicana cautiva a todos sin importar idioma y Don Chente a través de su voz y su interpretación tuvo mucho que ver. Descanse en paz, tal vez el último rey de la canción mexicana de nuestros tiempos. Se nos va la gente, se nos van los grandes, apreciemos lo que tenemos junto a nosotros, nunca sabemos cuándo será la última vez.

¡Descanse en paz Don Vicente y nuestra Carmelita Salinas que también dejó este mundo! ¿Ahora quién nos va a actualizar de las noticias del espectáculo? Quién como ella.

Nos leemos en la próxima columna si Dios, la inspiración, la “huesuda” que ya debió irse y volverá hasta dentro de mucho tiempo, pero sobre todo si mi editor (que sí me regaló mi libro de Anabel Hernández y le agradezco públicamente), me lo permiten!

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